6 de agosto de 2014

Por favor: que no exista nunca más la guerra.

Nos las contaron en el colegio, en la facultad, en casa; las vimos por televisión o las leímos en libros. Tengo la suerte de tener a mi nona y que me cuenta sobre eso, pero ella tuvo la mala suerte de que se la sabe de memoria, porque vivió la Segunda Guerra Mundial. 
A los 5 años le explotó, de muy cerca, una bomba en forma de pelota para chicos; le salvó la vida la bolsa de pan que llevaba bien agarrada contra sí misma, porque la mayoría de las esquirlas se le incrustaron al pan, y a ella muy pocas, como las que todavía tiene clavadas en el cuello y en la pierna. No tenían para comer por más que cosecharan y tuvieran sus animales. No tenían privacidad porque soldados de cualquiera de los bandos les irrumpían en su casa por diferentes motivos. No tenían tranquilidad porque todos los días escuchaban explosiones. Su papá se salvó de milagro de tener que ir a combatir, y toda su familia de que los fusilaran por esconder a un nene alemán al que habían obligado a estar en el ejército sin él quererlo.
Ella me lo cuenta y yo la escucho, la veo, siento el dolor que ella siente (claro que no lo puedo asimilar al mismo nivel). Se pone a llorar porque está muy mal, aún hoy, de todo eso que vivió con su familia, sus amigos, sus compañeros de colegio. “…es muy triste, toda la miseria que había...” me cuenta mientras se seca los ojos. Y no puedo hacer nada más que abrazarla, haciendo algún comentario poco inteligente pero con algo de humor para que no se sienta así de mal.
No existe ninguna guerra buena o justa. Nada más sirven para alimentar la angustia, la miseria, el miedo, la pobreza, el rencor, la enemistad, la enfermedad, para acabar con miles de vidas (o aunque fuera una sola, es igual de mala). Es decir, no sirven para nada, y después de que hubieron tantas, ¿Por qué HOY siguen habiendo guerras y gente capaz de alimentar ese odio? ¿Cómo se hace para parar algo tan enorme y tan triste? ¿Por qué no se aprende, de una vez, que de algo tan horrible nunca puede surgir un mínimo buen resultado?

24 de junio de 2014

Escribiendo... te

Ahora se lo que es perder a alguien valioso en serio. Se cómo se siente extrañar tanto, hasta el punto de creer que el corazón te va a explotar. Se lo que es querer con el alma, con ese cariño que no importa a quién mira ni cómo, simplemente queriendo, sin presión, ni prejuicios, ni posesión. Se que dejarte ir me hace doler el cuerpo, me saca el sueño y la sonrisa.
Lo que no se, lo que no entiendo, es cómo, siendo vos todo lo que siempre esperé, no puedo hacerte frente, cómo me siguen dando miedo las cosas de siempre, cómo no puedo hacer que mis sentimientos le respondan a mi cabeza. Porque creo que siempre, en un punto, lo lógico y lo platónico se unen, o al menos así debería ser, cuando sus caminos se cruzan.

29 de abril de 2014

We are young




A veces, aunque suene increible, simplemente no lo soporto.

11 de marzo de 2014

El mejor que me dijeron


Ley Verdadera

Nam Myoho Renge Kyo

9 de marzo de 2014

Cuando era.

Creo que cada vez me da más pena, darme cuenta que es momento de que me vaya. Que lo único que queda es una esperanza estúpida, punzándome el corazón de vez en cuando. Que cada vez que alguien dice tu nombre, intento no seguir escuchando, con ese nudo que se te hace en la garganta, porque el grito no quiere salir. Que odio, si, odio, todos esos lugares que yo había entendido como nuestros. Nunca hubo nada nuestro, ni un vos y yo. Siempre fui yo sola siendo objeto, negando, aceptando, queriendo, despidiendo. En esa secuencia.

When I was your man

10 de enero de 2014

En el mundo

De todas las cosas que hay en el mundo, mis favoritas son tres:
las miradas sonrientes
los abrazos grandes (y mientras más grandes mejor)
las sonrisas con pocitos en los cachetes